19 de abril de 2010

Seamos Portadores de Esperanza

"Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Jesús lo vio tendido, y cuando se enteró del mucho tiempo que estaba allí, le dijo: «¿Quieres sanar?». El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua, y mientras yo trato de ir, ya se ha metido otro». Jesús le dijo:«Levántate, toma tu camilla y anda». Al instante el hombre quedó sano, tomó su camilla y empezó a caminar" (Jn. 5, 5-9).
.....
Cuantos de nosotros estamos estancados en las crisis de nuestra vida; muchas veces heridos por problemas que no podemos resolver. Tal vez, como este hombre del evangelio, estamos "tendidos", "tirados" en el suelo de la desesperanza, tratando de hallar una respuesta y una solución a nuestro problema.
Los problemas nos enferman, nos paralizan y aun nos pueden hasta dejar ciegos. La frustración nos puede quitar la capacidad de tomar decisiones y por ello nos sentimos hundir cada vez. No solo nos hundimos nosotros sino también los que están cerca de nosotros.
.....
“Levántate!, toma tu camilla y anda”, eso fue lo que Jesús le dijo al paralítico. Levántate tú también. Recoge tus desafíos, tus problemas, tus tristezas y tus desilusiones y anda al encuentro con Jesús que es nuestra esperanza. Conoce al Señor que nos da nueva vida y una esperanza viva a través de la Biblia. Habla con Él a través de la oración. Vive con gozo al saber que él te ama y te salva. Comparte con otros las bendiciones que has recibido de él aun en los momentos más difíciles.
La presencia de Jesús en tu vida hará que la actitud hacia tu problema sea diferente. Caminarás en Esperanza porque Jesús caminara contigo. y juntos pasarán por encima de esa dificultad y eso traerá paz a tu vida.
....
Jesús nos enseña a tener esperanza, es decir, a pasar los momentos difíciles de hoy, con la certeza de que tendremos un mañana mejor.
La esperanza nos anima a construir, aún cuando el incendio, el huracán o el terremoto han reducido a escombros lo que habíamos edificado.
La esperanza anima a los enamorados a casarse, tener hijos, formar un hogar, aun cuando muchas familias se han desintegrado.La esperanza anima la fe de los creyentes, en un mundo en el que muchos han dejado de creer.

El Papa Juan Pablo II nos recuerda que "la actitud fundamental de la esperanza, de una parte, mueve al cristiano a no perder de vista la meta final que da sentido y valor a su entera existencia y, de otra, le ofrece motivaciones sólidas y profundas para el esfuerzo cotidiano de la transformación de la realidad, para hacerla conforme al proyecto de Dios" (encíclica Tertio Milenio Adveniente).

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su numeral 1818, es claro al establecer que "la virtud de la esperanza corresponde al anhelo de la felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; protege en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad".

Jesús es un hombre de esperanza y nos invita a todos a ser hombres y mujeres de esperanza, es decir, a superar fracasos de ayer, a realizar nuestro mejor esfuerzo hoy, confiando en que de esa manera construiremos un mañana mejor.

Cristo confía en el amor y en el poder de Dios Padre que ha creado y está guiando a este mundo y a cada ser humano que en él habita, en un proceso de desarrollo continuo y creciente hasta que alcancen su plenitud.No todo se logra de la noche a la mañana, es necesario sembrar y esperar.No existe un maestro capaz de enseñar todo en un momento, ni discípulo que sea capaz de asimilarlo.

Por eso todo padre de familia, todo maestro, todo artista, todo comunicador, necesita tener esta cualidad de Jesús: confiar en que el hijo, el educando, el receptor, serán capaces, potenciados por El Espíritu Santo, de captar, asimilar y profundizar mucho más de lo esperado.
...
Cuando nos encontramos con alguien o al momento de comunicarnos por teléfono, casi siempre se genera una pregunta: ¿Cómo estás?
Las respuestas son diversas: “ahí vamos de a poco mejorando”.
Otros responden: “más o menos”.
Hay quienes dicen en tono negativo: “como pan que no se vende” o simplemente "muy mal".
También podemos encontrar algunas respuestas como: ¡Bien!
Recuerdo una respuesta muy curiosa de un hombre al que le pregunto su amigo: ¿Cómo estás?
Y él respondió de una manera muy peculiar diciendo:
-De mis males estoy bien y de mis bienes estoy mal.
Los fieles de la iglesia de Cristo tenemos que tener una actitud que se distinga del común denominador. Nuestra respuesta a una eventual pregunta ¿Cómo estás?, debe ir acompañada de una respuesta positiva, optimista y esperanzadora diciendo:
-Estoy Bendecido por el Señor.
-Estoy en Victoria.
...
Que animados por el Espíritu de Dios, comuniquemos esperanza a los demás.
.....
"Sin la esperanza se apaga el entusiasmo, decae la creatividad y mengua la aspiración hacia los más altos valores" (Juan Pablo II).
....
"La esperanza es como el azúcar en el té. Aunque es muy poca, todo lo endulza" (Proverbio chino).
.....

No hay comentarios:

LO QUE TODO CRISTIANO DEBE SABER Y VIVIR:

1. DIOS TE AMA, con un amor profundo, de una manera
personal e incondicional y quiere lo mejor para ti.
2. ERES PECADOR, y ese pecado te aleja de Dios
y te impide experimentar su amor.
Reconoce humildemente tu pecado y arrepiéntete.
3. JESÚS ES TU ÚNICO SALVADOR, por amor a ti murió
en la cruz y pago tu deuda. Él te salva, te perdona y te hace
libre y hoy te ofrece una vida nueva.
4. ACEPTA LA SALVACIÓN QUE TE OFRECE CRISTO,
cree y conviértete. Jesús ganó una vida para ti, por eso
recíbela creyendo y volviéndote a Él.
5. LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO ES PARA TI,
la salvación de Jesús se hace presente por medio de su
Espíritu. Entonces pide y recibe el don del Espíritu Santo, y
ábrete a su acción amorosa e inicia con su gracia la nueva
vida en el Espíritu.
6. JESÚS ESTÁ EN TU COMUNIDAD, no basta nacer de
nuevo, hay que crecer en la vida nueva. Necesitas por ello
integrarte a una comunidad cristiana que alimente tu fe. Por
ello persevera en tu grupo de oración o comunidad.
Jesús ama profundamente a su Iglesia
y a ti dentro de ella.
Comparte tu vida entera en Comunidad con tus hermanos en Cristo.
....
Tú que has encontrado a Cristo en esta nuestra Santa Iglesia Católica y has hallado en ella el camino de salvación y de libertad, conócela bien, ámala, sírvela, se fiel, identifícate con ella y contribuye a mejorarla con tu oración y con tu aporte.

.

.