20 de diciembre de 2010

¡¡Feliz Navidad!!

Desde hace más de 2000 años, el 25 de diciembre, la mayor parte de la humanidad celebra mi cumpleaños. Normalmente hacen una gran fiesta en mi honor y supongo que este año sucederá lo mismo.

Es bueno saber que al menos un día al año algunas personas se acuerdan de mí.
Cuando al principio empezaron a celebrar mi cumpleaños, era para agradecerme por todo lo que había hecho por ellos, pero ahora, muy pocos saben por qué y para qué se reúnen.


Recuerdo que en una de estas fiestas, había un cartel, que decía: «Bienvenidos, hoy celebramos el cumpleaños de Jesús» La decoración era muy hermosa, la mesa estaba llena de comida deliciosa y sobre todo, había un montón de cajas llenas de regalos.Me sentí muy feliz y pensé lo bien que iba a pasar aquella noche. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una fiesta en mi honor.

Comenzaron a llegar los primeros invitados que hablaban animadamente, pero comencé a notar algo raro. En ninguna de las conversaciones hablaban de mí. Nadie me nombró en ningún momento.
De pronto, todos se sentaron a la mesa y comenzaron a comer, sin darse cuenta de que no había ninguna silla para mí y ni siquiera dijeron: «Feliz Cumple»Así fueron pasando las horas, mientras yo contemplaba la situación desde un rincón.
Pensando que quizás alguno de aquellos regalos podría ser para mí, decidí quedarme y esperar.

Antes de media noche, llego un anciano de barbas muy blancas vestido de rojo y todos los niños corrieron hacia el gritando ¡Papa Noel ! ¡Santa Claus!. Parecía que el hombre era el encargado de repartir los regalos. En este preciso instante sonaron las campanadas que anunciaban la media noche y todos comenzaron a besarse y abrazarse sin hacerme el más mínimo caso.

Como estaban repartiendo los regalos, me acerqué a ver si alguien me daba el mío, pero nadie me dio nada.

Comprendí entonces que yo no tenía nada que hacer en aquella fiesta y me fui con una gran tristeza en mi corazón.

¿Por qué te cuento todo eso, te preguntarás?

Pues te lo cuento porque quiero decirte, que como casi nadie me invita a mi propio cumpleaños, yo voy a hacer mi propia fiesta. Será una fiesta fantástica, maravillosa, como jamás nadie se ha imaginado.

Ahora mismo estoy haciendo los últimos arreglos y enviando las invitaciones. Espero que ya hayas recibido la tuya, de hecho, constantemente te estoy mandando invitaciones, pero si por algún motivo no la recibiste y quieres estar en mi fiesta, dímelo, para que pueda enviártela, reservarte un lugar y escribir tu nombre en mi lista de invitados. Sólo los que respondan a mi invitación podrán asistir.

Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar a tu vida, que entendieras que hace más de 2000 años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la cruz y de esta forma poder salvarte.

Creer y aceptar esto, es responder a mi invitación.

¡¡Cuanto me gustaría verte en mi fiesta!!

¡¡Feliz Navidad!!

Te Ama, Jesús.


...
LO QUE TODO CRISTIANO DEBE SABER Y VIVIR:

1. DIOS TE AMA, con un amor profundo, de una manera
personal e incondicional y quiere lo mejor para ti.
2. ERES PECADOR, y ese pecado te aleja de Dios
y te impide experimentar su amor.
Reconoce humildemente tu pecado y arrepiéntete.
3. JESÚS ES TU ÚNICO SALVADOR, por amor a ti murió
en la cruz y pago tu deuda. Él te salva, te perdona y te hace
libre y hoy te ofrece una vida nueva.
4. ACEPTA LA SALVACIÓN QUE TE OFRECE CRISTO,
cree y conviértete. Jesús ganó una vida para ti, por eso
recíbela creyendo y volviéndote a Él.
5. LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO ES PARA TI,
la salvación de Jesús se hace presente por medio de su
Espíritu. Entonces pide y recibe el don del Espíritu Santo, y
ábrete a su acción amorosa e inicia con su gracia la nueva
vida en el Espíritu.
6. JESÚS ESTÁ EN TU COMUNIDAD, no basta nacer de
nuevo, hay que crecer en la vida nueva. Necesitas por ello
integrarte a una comunidad cristiana que alimente tu fe. Por
ello persevera en tu grupo de oración o comunidad.
Jesús ama profundamente a su Iglesia
y a ti dentro de ella.
Comparte tu vida entera en Comunidad con tus hermanos en Cristo.
....
Tú que has encontrado a Cristo en esta nuestra Santa Iglesia Católica y has hallado en ella el camino de salvación y de libertad, conócela bien, ámala, sírvela, se fiel, identifícate con ella y contribuye a mejorarla con tu oración y con tu aporte.

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