Un tiempo para nacer y un tiempo para morir.
Un tiempo para reír y un tiempo para llorar.
Un tiempo para bailar y un tiempo para lamentarnos.
Un tiempo para buscar y un tiempo para dejar ir.
Este es el tiempo que recordamos, el que dio significado a nuestras vidas.
Este es el momento para recordar los lazos que nos unieron,
el amor que compartimos y los recuerdos que todavía nos acompañan.
Y mientras te recordamos querido hermano Fernando,
agradecemos a Dios: por el ejemplo de tu vida,
por la dulzura de tu compañia,
por la inspiración que nos dejastes,
por el amor que pusiste en cada acción que realizabas,
por ser el amigo y hermano en cada jornada,
por tu alegría contagiante y el animo que nos dabas.
Pedimos a Dios,
reanime nuestros corazones afligidos por la partida de nuestro hermano,
que nos ayude a elevarnos sobre nuestro dolor,
y que sepamos sobrellevar nuestra pena con fe,
sabiendo de que somos herededores de la Vida Eterna
y de la cual tu Fernando ya estas gozando.
¡Oh Dios, confortanos!
a ti confiamos el cuidado eterno del alma
de nuestro querido hermano que a partido a tu presencia.
.....................¡DESCANSA EN PAZ HERMANO FERNANDO!
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